La articulación del hombro es muy susceptible a sufrir lesiones y padecer enfermedades, entre ellas, las más comunes son la capsulitis adhesiva, tendinitis del manguito rotador, el derrame articular de hombro y el síndrome subacromial. Este último, en muchos casos puede limitar las actividades del paciente, ya que afecta directamente a la movilidad.
¿Qué es el síndrome subacromial?
El síndrome subacromial, también conocido como «hombro doloroso» es una de las patologías más frecuentes del hombro, que puede afectar de manera significativa a la calidad de vida del paciente.
Está provocado por un estrechamiento del espacio subacromial del hombro, es decir, el espacio existente entre la cabeza del húmero y la escápula, donde se localizan los manguitos rotadores del hombro.
Causas del síndrome subacromial
Las causas del síndrome subacromial pueden ser muy diversas en función del motivo que provoque el dolor en el paciente. En primer lugar, puede deberse a causas vasculares, en los casos en los que la llegada de sangre al tendón supraespinoso es escasa. También puede deberse a lesiones mecánicas, en las que existe un roce excesivo sobre el tendón supraespinoso.
En otras ocasiones, esta lesión puede estar provocada por causas anatómicas, es decir, malformaciones en la articulación, o por enfermedades degenerativas, tales como artrosis u osteoporosis, que provocan un desgaste en huesos y cartílagos.
En muchos casos, la causa es traumática, es decir, traumatismos o golpes que impactan directamente en el hombro del paciente.
Síntomas del síndrome subacromial
Habitualmente, los síntomas suelen manifestarse mediante un dolor intenso en el hombro, que impide al paciente realizar movimientos de elevación o rotación, por lo que puede afectar a actividades de su día a día.
En muchos casos, puede presentarse inmovilidad, así como, debilidad en la articulación y sensibilidad al tacto.
Tipos de síndrome subacromial
En cuanto a los tipos de síndrome subacromial que existen, se pueden diferenciar, fundamentalmente tres. En primer lugar, el tipo 1, que hace referencia a una inflamación del tendón y posible hemorragia muscular. Este tipo, suele presentarse en paciente jóvenes y se debe, principalmente, a una sobrecarga de la articulación.
El tipo 2, presenta una cronificación de la lesión, ya que la bolsa subacromial se agranda, afectando, de forma directa, a la movilidad del brazo del paciente.
Por último, se diferencia el tipo 3, es el más grave, ya que el paciente suele presentar rotura del maguito rotador. La causa más común suele ser un traumatismo o caída.
Diagnóstico del síndrome subacromial
Cuando el paciente acude al especialista presentado síntomas de síndrome subacromial o dolor agudo en la zona del hombro, en primer lugar, se lleva a cabo una palpación física en la que el médico observa cuáles son las zonas o puntos en los que se experimenta mayor grado de dolor.
Tras este primer examen, suele ser necesario realizar pruebas diagnósticas de imagen. En primer lugar, radiografías, que ayudarán a descartar roturas o fracturas, y resonancias magnéticas, que aportan información minuciosa y permiten observar el estado de los manguitos rotadores del paciente.
Tratamiento para el síndrome subacromial u hombro doloroso
Una vez el especialista ha realizado un diagnóstico de la patología del paciente, se diseña un tratamiento adecuado a la sintomatología y características de la lesión. En primer lugar, lo más habitual es que se paute un tratamiento con antiinflamatorios, que alivien el dolor en la zona.
En segundo lugar, es recomendable que el paciente se someta a un tratamiento de fisioterapia de hombro en el que se incluyan ejercicios rehabilitadores. De esta forma, se trabajará el fortalecimiento de la musculatura, así como la relajación y desbridamiento muscular.
Si este tratamiento no tiene el efecto deseado, finalmente el paciente podría pasar por quirófano y someterse a una cirugía.
La técnica más empleada para tratar este tipo de lesiones, es la artroscopia de hombro, que, a través de incisiones mínimas en la piel, permite el abordaje total de la articulación del hombro.
Prevención del síndrome subacromial
En muchos casos el síndrome subacromial es inevitable. Sin embargo, existen ciertas pautas que pueden ayudar a prevenir su aparición: en primer lugar, sería recomendable, evitar posturas forzadas para la articulación del hombro, que pueden suponer una presión excesiva sobre el tendón supraespinoso.
En segundo lugar, es recomendable realizar ejercicios que ayuden a potenciar la musculatura, para proteger al tendón y a los manguitos rotadores. No obstante, se debe evitar levantar cargas pesadas que puedan provocar una sobrecarga en la articulación.
Por último, se debe trabajar la higiene postural. De esta forma, se evitarán posiciones perjudiciales para la articulación y por tanto, se estarán previniendo lesiones.
Como se ha explicado, el síndrome subacromial puede afectar de manera negativa a la calidad de vida del paciente. Por ello, adquiere especial importancia acudir a un profesional ante la aparición de dolor en la zona, así como, seguir ciertas pautas para prevenir su desarrollo.